miércoles, 18 de mayo de 2011

'El clan del oso cavernario', Jean M. Auel

El clan del oso cavernario / El clan de l'ós de les cavernes
Jean M. Auel
Editorial Maeva / Labutxaca
1ª edición, mayo de 1987
48ª edición, febrero de 2010
Trad. al castellano de Leonor Tejada
Trad. al catalán de Josep Mª Capilla y Raoul Torrents
Género: Novela histórica / Aventuras
551 pgs. / 640 pgs.
ISBN: 9788415120131 (cast.)
ISBN: 9788492549238 (cat.)


Han pasado ya más de treinta años desde que Jean M. Auel escribiese la primera entrega de la saga Los hijos de la tierra, con más de 45 millones de ejemplares vendidos de la hexalogía. El clan del oso cavernario, que supera las 48 ediciones en castellano, narra la historia de Ayla, una niña cromagnon que, debido a un terremoto, se ve alejada de su familia. Tras varias jornadas caminando desorientada, un clan de neanderthales la acepta en su grupo, aunque no sin reticencias. Pronto esas dudas crecen cuando los miembros del clan ven que Ayla no es como ellos y que sus ambiciones distan mucho de las del resto de mujeres.

Estas diferencias darán a pie a diversas situaciones que provocarán el enfrentamiento entre miembros del clan, lo que situará a Ayla en constante tela de juicio debido a su interés por la caza, su incomprensión por algunas tradiciones del grupo o el choque que supone la desconfianza del futuro jefe del clan hacia ella y la protección ofrecida por el chamán y la curandera. Todo ello hacen que esta novela histórica sea sobre todo un relato de aventuras que muestra al lector cómo vivían los neanderthales hace 35.000 años: sus ritos, sus costumbres, su jerarquía, sus creencias y sus habilidades.

Ayla es una niña idealizada que sintetiza diversos años de evolución, por lo que a través de ella podemos acercarnos el cambio (en este caso, acelerado) que supuso el paso al hombre de cromagnon. Más allá de la información, no obstante, la novela ofrece las subtramas necesarias para mantener al lector atento: hay ambiciones, tensión sexual, agresividad, victorias y derrotas, frustraciones y sensación de injusticia. El lector ávido de emociones tendrá que esperar, todo hay que decirlo, a que pasen las primeras ciento cincuenta páginas, porque la autora arranca lentamente, con mucha descripción y detallismo, lo que puede impacientar a más de uno, aunque la espera tiene su recompensa.

Ahora que editorial Maeva acaba de publicar la sexta entrega de Los hijos de la tierra en catalán y en castellano, La tierra de las cuevas pintadas, parece un buen momento para recuperar una serie de novelas que se han convertido en longseller, esas que año tras año siguen vendiendo miles de ejemplares en todo el mundo. Auel avisa que con esta última entrega da por concluida la saga. Todo un fin de ciclo.

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